13 diciembre 2007

Van Nistelroy regaló su camiseta a una amiga enferma

VAN NISTELROOY REGALÓ SU CAMISETA A UNA AMIGA ENFERMA

Un gesto que vale más que un gol

P. Polo - Madrid Cuando el árbitro suizo del Real Madrid-Lazio pitó el final del partido, Van Nistelrooy se fue hasta la grada, se quitó su camiseta y se la regaló a una aficionada. Hasta ahí nada extraño. Sin embargo Antena 3 desveló ayer una historia conmovedora, un gesto de un auténtico crack fuera del campo. Ruud no se limitó a darle su camiseta y marcharse. No. Antena 3 captó un abrazo emocionado entre los dos, las lágrimas que salían de la chica y los besos de cariño que le daba el madridista.

Fueron casi dos minutos en los que el delantero secaba las lágrimas a la aficionada que no podía reprimir su llanto. Después Antena 3 dialogó con la mujer y la historia cobró mucho más dramatismo, pero al tiempo da mucho valor al gesto del madridista que demostró un enorme corazón: “Me llamo Judith. Soy una amiga especial de Ruud y he venido a pasar unas vacaciones muy especiales a Madrid porque no me queda mucho de vida. Quería ver a Ruud dando lo mejor de él”, comentaba con la voz entrecortada, pero con la alegría de haber cumplido un sueño.

MARCA confirmó ayer toda la historia y deja al descubierto la enorme humanidad de Van Nistelrooy. Judith es una joven natural de Geffen, el pueblo en el que también nació el delantero del conjunto blanco. El padre de Ruud llamó a su hijo para comentarle la historia y el futbolista no dudó un solo segundo en invitar a la joven al partido contra la Lazio. Se ha volcado con ella y ha intentado que disfrute al máximo de su estancia en Madrid.

Los médicos ya le han dicho a Judith que le quedan alrededor de dos meses de vida y su mayor ilusión en unos momentos tan terribles era estar en el Bernabéu al lado de su ídolo. Aunque sólo hayan sido un par de días, lo cierto es que Judith se olvidó del drama que vive y pudo cumplir un sueño merecido. Esto también demuestra que muchos de estos futbolistas son grandes en el campo, pero mucho más fuera de él. Ese gesto hace todavía mejor deportista al holandés. Ruud, además, no pudo contener la emoción cuando se abrazó a su amiga Judith.

20 octubre 2007

Los conservadores son unos bromistas

Paul Krugman

En 1960. John F.Kennedy, que se había quedado escandalizado ante el hambre que había visto en Virginia Occidental, convirtió la lucha contra el hambre en uno de los temas de su campaña electoral para la presidencia de los Estados Unidos. Después de ser elegido, creó el programa de cupones de comida que hoy sigue ayudando a millones de estadounidenses a obtener alimentos.
Sin embargo, Ronald Reagan pensaba que el problema del hambre en el país más rico del mundo era una broma. En su discurso titulado “Tiempo de elección” que pronunció en 1964 y que hizo de él una figura política nacional, proclamó: Hace 4 años nos dijeron que 17 millones de personas se iban a la noche a la cama con hambre. Seguro que era verdad. Estaban todas a dieta”.
Los grandes conservadores de hoy son herederos de Reagan. Si Vd. es pobre, no tiene seguridad social o está enfermo no debe pensar que tiene un asunto serio, es más debería pensar que es hasta divertido.
Recientemente, el presidente Bush vetó una ley que pretendía ampliar el S-ship, el Programa Estatal de Seguro de Salud Infantil, que ofrece cobertura sanitaria a unos 3,8 millones de niños que, sin él, no la tendrán. Anticipándose a ese veto, que ya estaba anunciado, William Kristol, el director del Weekly Standard dijo: “En primer lugar, cada vez que oigo decir que algo es un ataque despiadado contra nuestros niños, suelo pensar que es una buena idea. Me alegro de que el presidente este dispuesto a hacer algo malo en contra de los niños” ja, ja.
En general los conservadores suelen ser más cuidadosos que Kristol. Tratan de guardar las apariencias de que sí les importan los que son más desafortunados que ellos. Pero la verdad es que no les preocupa que casi nueve millones de niños en los Estados Unidos carezcan de seguro de salud. Piensan que eso no es un problema.
“Pero bueno, por supuesto que la gente tiene acceso a la asistencia sanitaria en Estados Unidos”. Dijo Bush en Julio “No tiene más que ir a urgencias”.
Y el día del veto, Bush negó todo el asunto de los niños sin seguro y dijo que era un mito creado por los medios. Hablando de los gastos del Medicaid (el programa de asistencia sanitaria para personas con bajos ingresos), que se queda sin llegar a muchos niños, declaró que “cuando dicen que los niños pobres no están protegidos en Estados Unidos, cuando oímos eso en las pantallas de nuestros televisores, yo les aseguro que hay 35.500 millones de dólares de razones para no creérselo”.
No son sólo los pobres los que ven cómo desprecian y se burlan de sus penalidades. Los enfermos reciben el mismo trato.
Antes de las últimas elecciones, el actor Michael J. Fox, que padece la enfermedad de Parkinson y se ha convertido en un paladín de la investigación con células madre que podría permitir hallar una cura, hizo un anuncio en apoyo de Claire McCaskill, la candidata demócrata por el estado de Missouri. Era un anuncio muy efectivo, en parte porque la enfermedad quedaba muy patente.
Rush Limbaugh con el mismo estilo con el que, hace poco, aseguró que los militares que se oponen a la guerra de Irak son “soldados hipócritas” y después comparó a un veterano herido que le había criticado por decir eso con un terrorista suicida, se apresuró a acusar a Fox de estar fingiendo. “En el anuncio, está exagerando los efectos de la enfermedad. No para de moverse y agitarse y es todo teatro” ja, ja, ja.
Por supuesto, quitar importancia a los sufrimientos de los demás y reírse de ellos es una estrategia natural en unos personajes políticos que proponen reducir los impuestos a los ricos y dar menos ayuda a los pobres y desfavorecidos. Pero creo que la falta de empatía que muestran Limbaugh, Kristol y sí, incluso Bush es genuina y no fingida.
Mark Crispin Millar, autor de The Bush Dyslexicon, hizo en una ocasión una observación muy llamativa: las famosas equivocaciones que comete Bush al hablar, frases absurdas como “sé lo difícil que es para usted poner comida en su familia” y otras semejantes, se producen siempre cuando Bush intenta parecer caritativo y compasivo.
Por el contrario, Bush se expresa muy bien e incluso respeta la gramática cuando habla de castigar a la gente; entonces está hablando con el corazón. El único momento en el que Bush se mostró animado durante las inundaciones de Nueva Orleáns fue cuando declaró que habría que tener “tolerancia nula con la gente que infringiera la ley”, incluso las que irrumpieran en tiendas abandonadas para conseguir agua y comida que su Administración no estaba proporcionándoles.
Lo que ocurre, seguramente, es que el movimiento conservador moderno atrae a un tipo determinado de persona. Si uno se identifica con los oprimidos, aunque sea un poco, no encaja en él. Si cree que ridiculizar los problemas de otras personas es una forma apropiada de reaccionar, ese es su sitio.
No parece que la desilusión de los republicanos respecto a Bush vaya a impulsar ningún cambio en ese sentido. Al contrario, los principales candidatos del Partido Republicano han hecho todo lo posible para condenar el “socialismo”, que es como ellos califican cualquier intento de ayudar a los menos afortunados.
De modo que, en Estados Unidos, si usted es pobre, o está enfermo, o no tiene seguro medico, recuérdelo: esa gente cree que sus problemas son divertidos.

NewYork Times

13 octubre 2007

¡ Albricias !, un nuevo partido

Ignacio Sotelo*

La democracia ateniense duró siglo y pico. En un larguísimo trecho de 2.200 años, desde el siglo IV a C. hasta finales del XVIII, en la Europa que se enorgullece de su ascendencia griega (aunque en el fondo no haya sido mas que cabalmente romana, pues también de Roma proviene lo mucho que heredamos de Grecia), no sólo no se practicó esta forma de gobierno, sino que, con escasísimas excepciones, la opinión de los pocos que se manifestaron al respecto fue siempre negativa. Críticas a la democracia las leemos en los grandes autores griegos, de Platón a Tucídides; incluso Aristóteles, que durante casi dos milenios domina el pensamiento europeo, considera la democracia una de las formas degeneradas de gobierno.

Si empezamos a contar desde que se establece el sufragio universal, la democracia en Europa apenas alcanza un siglo de antigüedad. La larguísima historia antidemocrática que cargamos sobre las espaldas, debiera al menos servir para frenar la actual exaltación hagiográfica. Porque no sólo se defiende el principio fundamental de gobierno de la mayoría, respetando los derechos, tanto de las minorías, como de los individuos, lo que parece bastante razonable, sino que este fervor se extiende a formas concretas de su implantación que a menudo producen efectos nocivos.

Para acallar cualquier crítica que surja sobre las formas concretas de institucionalización de la democracia, basta con apelar a la ingeniosa ocurrencia de Churchill de que es el peor de los sistemas políticos, con excepción de todos los demás. Tendrá los defectos que se quiera, pero cualquier alternativa sería mucho peor. Argumento archiconservador que deja vía libre a que se cuelen no pocas prácticas que deberían corregirse. Lo peor es que fortalece el dogma de que no cabría otra forma de democracia que la establecida, bloqueando así el debate sobre su naturaleza y posibilidades, inherente a una verdadera convivencia democrática. Se rechaza toda adjetivación de la democracia, en primer lugar, la que contrapone la establecida a cualquier definición de una "verdadera" democracia. En el fondo subyacen dos ideas irreconciliables de democracia, una la entiende como un estadio ya inamovible en la perfección a que habría llegado, la otra como un proceso en continuo perfeccionamiento.

Pero no olvidemos que la democracia, como cualquier otra forma de gobierno, al final tiene que ver con el poder, que supone siempre una relación asimétrica entre los que lo detentan y los que carecen de él. El que el poder en democracia resida en el pueblo ("poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo", según reza el concepto fuerte de democracia) sirve de legitimación, pero no deja de ser una ficción, porque el poder repartido por igual entre todos implica su disolución pura y llanamente, poder de ninguno, a lo que sólo aspira el anarquismo. En las democracias establecidas el poder que ejercen siempre unos pocos no desaparece absorbido por todos, sino que se traslada del pueblo a sus representantes. La gran ventaja de la democracia representativa es que, acorde con la voluntad mayoritaria, cuenta con mecanismos para traspasar el poder de un grupo a otro de manera pacífica.

Pues bien, la democracia representativa, aquella que transfiere el poder a los representantes elegidos, necesita de los partidos políticos, como los agentes que organizan la competitividad electoral. Los partidos políticos surgieron como organizaciones electorales que sólo funcionaban en vísperas de elecciones. Fue la socialdemocracia la que creó el modelo de "partido de masas", incrustado en la clase obrera, con una actividad social, económica y cultural que sobrepasaba con mucho la meramente parlamentaria.

Hoy los partidos socialistas en nada se distinguen de los demás partidos -¿para qué sirven "las casas del pueblo", si es que siguen existiendo?- reducida también su actividad a ganar elecciones y a proponer las personas que ocupen los cargos que se consigan en el reparto de votos. La única diferencia con los primeros partidos políticos de finales del XIX, que se ocupaban tan sólo de ganar elecciones y repartir el botín entre los suyos, es que ahora la campaña electoral dura toda la legislatura.

Los partidos políticos, imprescindibles para organizar la selección de los grupos que acceden al poder, son a la vez la mayor carga que aguanta el sistema. Cada vez más alejados de la sociedad a la que dicen representar, crean sus propios mecanismos internos de ascenso, no precisamente democráticos, que se traducen en una cultura política propia que tiende a alejarse de la que prevalece en la sociedad. Con el paso del tiempo, a la cúspide de los partidos llegan únicamente personas que han pasado toda la vida en el partido, con la socialización política adecuada para ascender en la burocracia partidaria, pero sin experiencia directa de lo que ocurre fuera; en el mejor de los casos han ocupado cargos en la Administración local, autonómica o estatal que les ha permitido echar un vistazo a los problemas reales, pero siempre a través del cristal coloreado por el partido al que pertenecen.

De espaldas a la sociedad, los partidos dependen por completo de las asignaciones públicas, lo que robustece a las cúspides, que no necesitan ya del empuje o del apoyo económico de los afiliados. Si no se conforman con ocupar el ocio en asambleas irrelevantes, los que se inscriben en un partido pretenden vivir un día de la política, sea porque tienen una vocación política que les lleva a renunciar a una vida profesional, bien porque no tienen mejor encaje en la sociedad. En ambos casos, se asciende como miembro de un equipo que encabece un posible líder. Hacer carrera política exige vincularse a un clan desde la fidelidad absoluta.

El resultado es que los reclutados por los partidos políticos para ocupar los cargos de mayor responsabilidad suelen ser inferiores a los que destacan en las distintas profesiones, aunque cada vez más se recurra al prestigio de personas que han alcanzado un cierto éxito social, o han descollado en la Administración. Aun así, la imagen de los pocos políticos profesionales que llegan al conocimiento de la gente acrecienta el alejamiento de los partidos, máxime cuando el debate se reduce a la descalificación personal de los líderes de los partidos con los que se compite.

El mayor fallo de nuestras democracias representativas radica en los partidos políticos. A menudo, sus miembros, intelectual y moralmente, están por debajo de la media nacional. La experiencia muestra que, después que dejó de serlo el Parlamento, el partido político no es la mejor forma de seleccionar a los que detentan el poder. Al cimentarse el oligopolio de los grandes partidos, como el de los grandes bancos, seguros de que no les van a salir fácilmente competidores, con el paso del tiempo esta deficiencia no hace más que aumentar.

Tan necesaria como es la crítica de los partidos políticos, tan difícil es encontrar una alternativa viable. Como siempre en política, más que cambios revolucionarios, cuyos costos suelen ser mucho más altos que los beneficios, habrá que ir manejando el problema con pequeños retoques. Una corrección que parece hacedera, aunque inercia social, estructura de poder y normativa concurran para impedirlo, es que un nuevo partido con gente nueva y nuevas ideas consiga colarse en el sistema establecido que, claro está, los que lo controlan lo quieren cerrado y definitivo. El que se introduzca un nuevo partido que aporte aires nuevos contribuye a renovar todo el sistema de partidos, aunque a la larga termine también por adaptarse, pero lo hace desde el nivel que impuso en su ascenso, al que también tuvieron que acomodarse los demás partidos.

El que, contra todo pronóstico, lograra imponerse un partido "verde" en los setenta en Alemania, no sólo colocó el tema ecológico en el lugar que le corresponde, sino que supuso una apertura de los demás partidos hacia la sociedad y la democracia interna. Tres decenios más tarde, una vez que los "verdes" se desprendieron de algunos maximalismos, han terminado por igualarse a los demás partidos que tampoco pudieron dejar de acoplarse a su mensaje.

Todas estas reflexiones vienen a cuento ante el nuevo partido que se ha presentado en Madrid el 29 de septiembre. Es difícil que logre romper el oligopolio de los partidos establecidos, leyes y reglamentos, ayudas estatales e inercias, lo protegen. Pero es la única esperanza de que entre un poco de aire fresco en el sistema. Ojalá que cortemos el que siga amontonándose mugre y cochambre hasta que un día el sistema salte en mil pedazos, como ha ocurrido varias veces en nuestra historia. Confío en que sean suficientes los españoles que prefieran pequeños remiendos a esperar que un día se derrumbe el edificio, y otra vez a empezar desde los escombros.

*Publicado en El País

03 septiembre 2007

Los poderes fácticos

Joaquín Estefanía

Abramos una reflexión sobre los poderes fácticos. Para ello hemos elegido la opinión que sobre los mismos se recoge en una publicación reciente, La democracia en América Latina, elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año 2004. Aunque algunas de las reflexiones de ese estudio son estrictamente regionales, la mayor parte de las mismas sirve para un análisis global. Dicho ensayo tiene un corpus teórico sobre los poderes fácticos, que se sustenta en un sondeo masivo (el Latinoamericano) sobre las opiniones de los ciudadanos latinoamericanos acerca de esos poderes, y en un sondeo cualitativo, no menos interesante, de quienes son o han sido líderes políticos, económicos o de opinión de los países de América Latina (no se incluye Cuba). La encuesta, realizada en Mayo de 2002, tuvo un universo de más de 18.000 ciudadanos, cubriendo una población de más de 400 millones de habitantes. En cuanto a la parte cualitativa, se entrevistó de forma anónima a 231 personalidades, incluidos 41 presidentes y vicepresidentes actuales y precedentes. Veamos la síntesis de las respuestas.
Un problema tradicional ha sido el divorcio entre los poderes institucionales y los poderes fácticos: si bien los textos constitucionales otorgan gran peso al poder ejecutivo y una importante capacidad de acción al legislativo y al judicial, el poder real suele residir en instituciones a las que las normas asignan otras funciones (como fue el caso en pasado reciente, de las fuerzas armadas) o en grupos que no forman parte del orden político-institucional (familias tradicionales, grupos económicos potentes y otros). La tensión entre los poderes institucionales y los poderes fácticos sigue estando presente en la realidad. Las fuerzas armadas son vistas como el factor de poder más importante en algunos países (Guatemala, República Dominicana, Ecuador, Chile, Venezuela…) aunque ya no lo son en los restantes países, incluyendo aquellos que experimentaron recientemente crisis políticas agudas (Argentina, Colombia o Paraguay). Este fuerte debilitamiento de las Fuerzas armadas como factor político es una importante novedad para la democracia latinoamericana.
Se identifican tres riesgos principales que pueden amenazar el buen funcionamiento de orden democrático:

1 En los países más grandes y con tradiciones democráticas más arraigadas, las limitaciones tienen dos orígenes: en lo interno, la proliferación de controles institucionales inadecuados, así como la multiplicación de grupos de interés (en concreto, empresariales) que funcionan como poderosos grupos de presión; en lo externo, las limitaciones provienen básicamente del comportamiento de los mercados internacionales (en especial, pero no exclusivamente, los financieros), de la vigilancia de las agencias calificadoras de riesgo y del papel de los organismos internacionales de crédito.
En países más pequeños o con tradiciones democráticas menos arraigadas, también se destacan las limitaciones internas y externas, pero se describen de una manera diferente. En lo interno se mencionan los grupos de interés (particularmente empresarios y terratenientes), pero los métodos empleados no son ya sólo los lobbies, sino prácticas tales como la compra de votos y la “fabricación” de candidatos. En lo externo se mencionan la dependencia de los organismos internacionales de crédito, a la que agregan la desmesurada influencia de las empresas extranjeras instaladas en los propios países.

2 El segundo tema considerado es la amenaza del narcotráfico. La importancia que se asigna a este factor está directamente ligada al grado de desarrollo que tiene el fenómeno en los respectivos países.
El narcotráfico implica un doble desafío: es un desafío directo porque interesa controlar parte del aparato estatal y partes significativas del territorio, al tiempo que crea fuertes incentivos para las pasarelas de la economía formal a la informal. El narcotráfico crea también desafíos indirectos, entre los que se destacan dos: el primero es que, al atraer la atención del Gobierno de los Estados Unidos, generando nuevas formas de presión externa que limitan aún más la esfera de acción de los Gobiernos nacionales; el segundo tiene que ver con la corrupción: el dinero sucio tiene efectos devastadores sobre el comportamiento de una parte de los dirigentes políticos y sobre el funcionamiento de las instituciones.

3 El tercer factor al que se atribuyen limitaciones al poder de las instituciones son los medios de comunicación. Esta gran influencia de los medios es vista como parte del aumento de los controles que han permitido democratizar el ejercicio del Gobierno, pero también como una limitación al proceso democrático. Los medios tienen la capacidad de generar agenda, de predisponer a la opinión pública a favor o en contra de diferentes alternativas, y de erosionar la imagen de figuras públicas mediante la manipulación de denuncias. En realidad, los medios siempre tuvieron mucha influencia y los políticos intentaron servirse de ella; lo nuevo, además de la mayor exposición del público a los medios, es que se ha salido de una época en la que estaban mayoritariamente vinculados a los partidos políticos y, en algunos casos estos ejercían un cierto control sobre aquéllos. Actualmente, muchos medios se han independizado de las estructuras partidarias y han pasado a formar parte de grupos económicos no subordinados al poder político y con intereses muy diversificados.
Es muy sugerente ir a las tripas del Latinobarómetro y reproducir algunas de las opiniones particulares de lo que allí se expresan. En primer lugar, ciudadanos con capacidad de influencia. El 80 % de los consultados resalta el poder que han acumulado los empresarios, el sector financiero y los medios de comunicación en la última década.
Ellos constituyen el principal grupo de poder que limita la posibilidad de decisión de los Gobiernos. El condicionamiento impuesto por los poderes fácticos a los regímenes democráticos favorece la percepción de que se cuenta con gobiernos y partidos políticos que no puedan responder a las demandas de la ciudadanía.”El gran poder fáctico de la incipiente democracia es el poder económico privado. Integrados por los grupos de presión que condicionan la conducta del presidente, de legisladores, jueces y otros funcionarios gubernativos y de la administración pública. Nosotros tenemos una democracia desvinculada del interés general y, fundamentalmente, vinculada a factores fácticos que terminan por oligarquizar la economía del país y cambiar el gobierno democrático por un gobierno plutocrático” (un político).
Los líderes encuestados subrayan que la relevancia del sector empresarial descansa en su capacidad de lobby frente a los gobiernos, defendiendo y promoviendo sus intereses y dirigiendo acciones políticos en su beneficio: El Gobierno está al servicio de la empresa privada y de quienes toman las decisiones…; los multimillonarios son los que deciden qué es lo que se hace o se deja de hacer en el país (un religioso); El poder del dinero se convierte rápidamente en poder político, con capacidad de limitar el poder político democrático (un presidente del Gobierno); Su capacidad de influencia se basa […] en el hecho de que financian las campañas electorales (un político); El mundo empresarial tiene un poder muy fuerte. Como los empresarios toman las decisiones de inversión, y sin inversión no hay desarrollo y no hay crecimiento, tienen ahí un poder de veto […] El poder de la dirección empresarial con sus capitales, y el poder de veto que conduce al desempleo, no cabe duda de que es un poder muy fuerte (un político).
En la opinión de algunos presidentes consultados, en el Cono Sur preocupa el peso de las corporaciones que aparecen como un obstáculo, para una democracia más amplia, para el otorgamiento de privilegios a ciertos grupos en un contexto de partidos débiles y de un Estado que debería ser republicano. En países más pequeños, como los de Centroamérica, se señala la presión que ejerce el sector privado, ligado a una estructura oligárquica del poder, sobre el presidente y la cooptación de altos funcionarios, que permite a algunos de los consultados hablar de un proceso de captura del Estado.
El director de la fundación norteamericana W.P. Carey, William Polk, ha escrito que en la actualidad algunas empresas multinacionales se hacen con los recursos disponibles, despliegan ejércitos de trabajadores y dirigen enormes organizaciones burocráticas bajo el control y la supervisión de directivos que a su vez obtienen información de amplias redes de servicios de inteligencia; capaces de invertir o transferir magnitudes de capital superiores a las de muchos países, se hallan en disposición de intimidar a potencias de rango inferior, interferir el rumbo de sus mercados monetarios, influir en su electorado. Responsables únicamente ante sí mismas, poseen una mayor flexibilidad y ductilidad que los gobiernos formalmente constituidos y, de hecho, en estos últimos años da la sensación de que prácticamente son dueñas de los gobiernos de los países donde operan.
Muchos creen, concluye Polk, que son los auténticos gobernantes del mundo. Sin embargo, el profesor de Historia de la Universidad de Harvard, Nial Ferguson, matiza este poder: ha habido en la historia ejemplos de compañías que han ejercido el poder de forma tan directa y con tanto éxito que se han convertido ellas mismas en Estados: la Compañía Inglesa de las Indias Orientales es la más famosa; ninguna multinacional de hoy se acerca a tener el poder de esa compañía en la época en que gobernó la mayor parte del subcontinente indio, pagando uno de los mayores ejércitos del mundo ( y una de las mayores deudas empresariales), anexionándose implacablemente territorios y recaudándose impuestos de sus habitantes. Las multinacionales de hoy ejercen el poder de manera indirecta; salvo en esas regiones del mundo en que el poder estatal se ha venido abajo o es cuestionado de pleno (los denominados Estados fallidos), prefieren coexistir con los gobiernos, más que sustituirlos.
La estrecha vinculación entre grupos económicos y medios de comunicación es destacada por la mayoría de los consultados. A través de los medios, los empresarios concentran aún mas el poder, ya sea porque son sus propietarios o porque imponen condiciones a través del manejo de las pautas publicitarias. Esta alianza les otorga gran capacidad de generar opinión, determinar temas de la agenda pública e incidir sobre la imagen pública de los funcionarios, partidos políticos e instituciones. Los medios de comunicación son caracterizados como un control sin control, que cumple funciones que exceden el derecho a la información. Forman la opinión pública, determinan las encuestas y, en consecuencia, son los que mas influyen en la gobernabilidad (un político); Actúan como superpoderes […] han pasado a tener un poder que excede al del Ejecutivo y los poderes legítimamente constituidos […] han reemplazado totalmente a los partidos políticos (un político).
La mayoría de los líderes de opinión consultados percibe al sector económico-financiero y a los medios de comunicación como los principales grupos de poder. Los medios tienen la peculiaridad de operar como mecanismo de control o límite a las acciones de los tres poderes constitucionales y de los partidos políticos, independientemente de quienes sean los propietarios de esos medios: La verdadera vigilancia que se ejerce es la de la prensa (un periodista). Asimismo, reconocen que actúan como una corporación que define los temas de la agenda pública e incluso delinea la de los gobiernos y los presidentes. En general, los consultados consideran problemática la relación entre los medios de comunicación y los políticos: Aquí la clase política les teme. Porque pueden deshacer una figura política en cualquier momento (un sindicalista); La forma en que se construyeron las concesiones y los intereses con que se tejió toda la estructura de los medios de comunicación, los tiene convertidos en un poder (un político). Para algunos, sin embargo, la influencia que ejercen los medios es positiva: Gracias a los medios todavía podemos estar hablando de democracia (un empresario). Valoran su rol fiscalizador: Está claro que si no fuera por la vigilia de la prensa, las cosas serían mucho peores. La prensa sofistica los medios de engaño pero, por otro lado, opera como límite (un periodista).
El papel que desempeñan Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo…) como factores de gran influencia son mencionados por casi la mitad de los consultados. Señalan la ingerencia que los organismos tienen sobre las cuestiones internas y la pérdida de autonomía. La dependencia aparece expresada en las prioridades de agenda pública, particularmente en la coincidencia entre las sugerencias ofrecidas por estos organismos y las pautas de reformas económicas previstas en el corto y medio plazo: El rumbo, la dirección, los ritmos de la cosa están predeterminados por condicionamientos externos […] con el FMI, con los bancos, con el BID (un periodista); El visto bueno del gobierno de los Estados Unidos ante organismos multilaterales es esencial. Sin una visión favorable del FMI, del BM y del NID, la economía del país colapsaría a corto plazo, por la situación de endeudamiento… La ayuda norteamericana es vital para la correlación de fuerzas interna en este periodo (un político); La política económica no es manejada democráticamente […] Hay una sola pauta para la región. Y el que quiera salirse de eso debe enfrentarse con que no puede hacerlo, o si lo hace, lo hace a su propio riesgo. Esta es la limitación del carácter internacional y global de los vectores económicos (un alto funcionario); La gente vota y las instituciones que surgen de ese voto facilitan las decisiones que vienen tomadas de otro lado […] Gradualmente se van allanando las fronteras en aras de esos poderes fácticos que hacen que las decisiones del Parlamento, del poder ejecutivo, de la Justicia, de cada jurisdicción sean más bien retóricas (un periodista).
Si bien los resultados reconocen la influencia de estos poderes, algunos consideran que el poder político mantiene capacidad de autonomía: El desafío es como adaptar las instituciones democráticas a la existencia de los poderes fácticos. Probablemente no haya ninguna manera de institucionalizarlos, sino que hay que saber que existen, que influyen y que esas influencias pesan (un político).
La mitad de los consultados considera que las Iglesias tienen influencia, aunque decreciente con respecto al pasado. Se señala la expansión de las Iglesias Evangélicas está minando el poder de las católicas: creo que la Iglesia católica todavía continúa siendo la hegemónica […] Los sectores más conservadores se fortalecieron, los que más avanzaron son algunos grupos pentecostales evangélicos que hoy tienen una gran influencia, porque controlan los medios de comunicación […] tienen un discurso que atrae a ls personas como solución a sus problemas que es extremadamente alienante desde el punto de vista de la conciencia democrática […] La gente no necesita participar para construir la democracia, tiene que ir allí a rezar y Dios sabe lo que hace. Además, esas Iglesias se están transformando en un poder económico extraordinario (un lider de la sociedad civil) En algunos casos se citan autoridades de la Iglesia católica, que en épocas de campaña electoral expresan sus opiniones políticas en homilías: Ellos son los que en la campaña electoral, desde el púlpito van a influir o insinuar por quien votar (una política): esto ha significado que la Iglesia católica Esto ha significado que la Iglesia católica no ejerza una función estrictamente pastoral sino que adicionalmente ejerza una influencia real en el proceso de toma de decisiones políticas (un funcionario de rango alto).
El sindicalismo es reconocido por aproximadamente un tercio de los consultados como factor de poder, de modo particular por su capacidad de veto a través de presiones y movilizaciones, así como por su influencia en la construcción de la agenda pública relativa a temas laborales; se menciona en especial a los sindicatos del sector público, resaltando su vinculación al poder político, al mismo tiempo que se alude a los del sector privado como factor de poder decreciente.
El peso de los poderes ilegales constituye, según este sondeo, una especial preocupación en algunos países. Estos grupos están relacionados con todo tipo de actividades ilícitas: tráfico de drogas, contrabando, prostitución, juego clandestino, etc: Algunos sectores del crimen organizado son un poder creciente. En grandes centros urbanos muy vinculados al tráfico de drogas, cuentan con el brazo de los policías y con otros recursos como el dinero abundante. Entonces, ese poder es realmente una amenaza para la democracia (un empresario) En la próxima elección se van a presentar por primera vez, en forma directa, representantes directos de esos grupos mafiosos. Antes tenían sus contactos con el poder político, ahora tienen sus representantes. En las listas de candidatos a senadores y diputados podemos reconocer, por ejemplo, al hijo, al yerno, al cuñado y en algunos casos al propio líder del grupo mafioso […] Son los grupos de mayor influencia y de mayor capacidad de maniobra en operaciones al margen de la ley relacionadas con la falsificación, es decir, todo el comercio de frontera y ese tipo de actividades que son las que dan mayor lucro en la actualidad en nuestro país (un alcalde). Se destaca la influencia que estos grupos ejercen sobre los poderes del Estado y sobre las empresas: En ciertas zonas donde hay una producción importante de coca, el narcotráfico tiene influencias, desde luego turbias, secretas, a través de la corrupción de las autoridades (un presidente). Se trata de un poder agresivo, antidemocrático y terrible […], compra todo, jueces, fronteras, policías, instituciones enteras (un funcionario de alto rango).
El PNUD resalta que la influencia de los grupos ilegales ha sido favorecida por los cambios en la economía y por un Estado anémico, al que pueden permear: Estos grupos extralegales tienen el poder que tienen porque hay un Estado débil, unas instituciones desprestigiadas como el Congreso […] En un alto porcentaje, el narcotráfico fue capaz de corromperlas, y siguen corruptas […] En el Congreso sigue habiendo gente pagada por el narcotráfico que llegó a corromper la cúpula de los partidos tradicionales […] Son las fuentes de financiación de la insurgencia y los paramilitares (un sindicalista).
Hay una parte cualitativa del sondeo citado, que cobra significación por quienes lo contestan: son los testimonios anónimos de quienes han sido o son presidentes y vicepresidentes (los mandatarios) de América Latina. Sus reflexiones están íntimamente ligadas al ejercicio concreto del poder político en su máxima expresión institucional. Los mandatarios consultados analizan el ejercicio de la presidencia frente a la presión de los distintos poderes fácticos; al bordarlo aparecen referencia y reflexiones de carácter personal en torno a la capacidad de imponer decisiones: Al ejercer la presidencia me sentí muy presionado. Tal vez porque estábamos empezando, porque la base de sustentación del gobierno democrático tenía mucha fuerza; tal vez porque, sin falsa modestia, la gente me conoce, y sabían que a mí no me iban a presionar. Pero, por otro lado, es una característica de la experiencia de gobierno de los mandatarios la presión ejercida por los poderes extraterritoriales fundamentalmente en el Gobierno de Estados Unidos y los organismos multilaterales de crédito. Las presiones sobre la autonomía de las decisiones presidenciales son valoradas negativamente en todos los casos. Según varios mandatarios consultados, es un poder ejercido de una manera negativa, es un poder de perturbación más que de decisión; estamos totalmente condicionados, nos imponen las reglas […], los gobiernos soberanos están dependiendo de la calificación de una agencia privada de riesgo, de la decisión de un organismo internacional, “te ayudo o no te ayudo”; Los Gobiernos tienen más limitaciones para ejercer el poder. Hemos perdido capacidad de decisión nacional, puesto que los organismos internacionales de crédito establecen condiciones que atentan contra el propio crecimiento y, en fin, contra la democracia cuando se lesionan los derechos humanos fundamentales. Tú tienes entonces un presidente de la República, con una presión bilateral brutal y con una influencia de la cooperación internacional, no diré brutal, pero sí muy significativa; Los organismos bilaterales, con sus exigencias para seguir modelos y programas determinados, con condiciones políticamente inviables, no son responsables ante el resultado político que esas obligaciones traen, que te imponen […] O sea, viene un burócrata internacional y, siguiendo las directivas de su organismo, marca una línea y después ese señor cumple su misión y se va.
De todos los poderes fácticos, hay uno con que los mandatarios conviven en especiales condiciones de tensión: los medios de comunicación. Los mandatarios identifican la intervención omnipotente de los medios de comunicación como un contra balance a su poder, en la medida en que la opinión pública tiende a orientarse básicamente por la opinión y evaluación que los medios realizan de las acciones gubernamentales: El medio de comunicación interna, opina, juzga y condena […] Es un factor de poder que se puede ejercer bien o mal, y que está influido por intereses económicos, por pasiones, por sentimientos y por ideas, y a su vez no está sometido a ningún control […] Entonces, es por eso que el gobernante se siente hostilizado por la prensa […] No interesa la coloración del Gobierno, siempre va a sentirse hostilizado. Asimismo, se reconoce a los medios una enorme capacidad para incidir en el destino de un Gobierno: La incidencia mediática puede volver inútil una sólida formulación institucional si tiene ataques o rivales desde ese sector; La prensa tiene una influencia decisiva sobre el Congreso […] si la prensa se mueve en contra de una ley, es muy difícil que salga.
A pesar de que los mandatarios valoran el papel de los medios como control del poder, ellos evalúan con cierta inquietudes creciente papel que, sin estar sometido a ningún control, los medios han asumido como expresión de intereses de grupos económicos: no podemos descartar en este paisaje el papel que han cumplido los medios de comunicación más desarrollados, más profesionalizados en cuanto a las tareas de denuncia y control […] pero hay también mayor interferencia en el libre discurrir de la vida democrática […] El gran capital es un factor de poder mucho más real hoy, porque se ha venido apoderando de los instrumentos mediáticos, entonces eso les permite no sólo tener poder, sino ejercerlo. La falta de controles estatales sobre la prensa puede transformarse para los mandatarios en una amenaza a su desempeño Su crítica se centra en la falta de responsabilidad con que los medios difunden dicha información, avalados por su posicionamiento en el mapa de poder de cada país: los medios son de una influencia enorme, quizá los más fuertes y consistentes […] Caen en la estrategia del sensacionalismo fácil y dificultan la gobernabilidad y la consistencia de gestión […] No creo que esté claro en la sociedad lo que esto implica. Estuve hablando con mandatarios de la región y todos sentimos el mismo problema.
La presión que los medios ejercen se refleja también en el gran peso que tienen en la construcción de la agenda pública: Los medios de comunicación están atravesando un proceso de evolución en el que tenemos una confusión de poder como nunca jamás han tenido en su historia, que es el poder total y la responsabilidad nula […] Los medios hoy tienen un poder que puede tumbar a un ministro, que puede influir en una política y que está marcando la agenda, a veces en una sobredimensión injusta. Los elementos resultantes de lo ya expuesto aparecen conjugados por un líder que resume las percepciones de no pocos mandatarios de la región: Los medios de comunicación han pasado a ser suprapoderes […] vinculados a los sectores económicos, por supuesto, tienen más poder que el poder militar, que el Ejecutivo, que la propia Iglesia y los partidos políticos. Han reemplazado totalmente a los partidos políticos. Se han instalado en el centro de la sociedad, lo que es bueno para el control de los otros poderes pero, al mismo tiempo, si existe un control, ese poder puede convertirse en una inquietante perversión.
Nada más desnudo en el ejercicio del poder que la posesión del celebre maletín nuclear, que llevan consigo a todas partes el presidente de los Estados Unidos y de Rusia. No es una escena de película sino una parte de la realidad. Cuando el último día de 1999, Boris Yeltsin anuncia su dimisión como presidente ruso y traslada provisionalmente (luego de modo definitivo) los poderes al primer ministro Vladimir Putin, los medios de comunicación destacan que el primer acto físico de los dos protagonistas, no es una metáfora, es darse las llaves del maletín negro que activa las ojivas nucleares.

13 marzo 2007

Tres veces veinte para el veinte


José Borrell

Consejo Europeo del pasado 9 de marzo consiguió el acuerdo de los tres 20: 20% de energías renovables en el consumo energético final de la UE, 20% de reducción en las emisiones de CO2 (con respecto al nivel de 1990) y 20% de aumento en la eficacia energética... en el 2020.

El acuerdo ha sido saludado por Merkel, Chirac y Barroso como uno de los grandes momentos de la construcción europea, que coloca a la UE en la primera línea de la lucha contra el cambio climático. Pero lo mas difícil queda por hacer y quizá estemos de nuevo ante un acuerdo cuya unanimidad resiste mal su puesta en práctica.

El obstáculo que representaba la consideración de la energía nuclear ha sido sorteado hábilmente. La energía nuclear no puede ser considerada una energía renovable y no entrará explícitamente en el cómputo de ese 20%. Pero Francia, fuertemente apoyada por la República Checa, Finlandia y Eslovaquia, ha conseguido que se reconozca su papel en la reducción de las emisiones. Y de ello se derivará una menor exigencia a la hora de repartir entre los países el esfuerzo necesario para conseguir esos objetivos globales.

Y eso será lo más difícil. El acuerdo no implica que todos los países deban utilizar un 20% de energía renovable, sino la UE en su conjunto. La Comisión deberá proponer, de forma “justa y apropiada”, la contribución de cada país al cumplimiento de ese objetivo global. Los que recordamos cuán difícil fue acordar la evolución de las emisiones de CO2 de cada país, hasta el 2012, para cumplir con el objetivo global de reducción del 8% impuesto por Kioto sabemos que no será nada fácil.

Sobre todo, teniendo en cuenta que la UE, a la espera de la nonata Constitución, no dispone de competencias en política energética y que no sabemos si las decisiones legislativas que presente la Comisión deben aprobarse por unanimidad o por mayoría. Lo primero será muy difícil de conseguir y lo segundo no será aceptado por muchos países.

La situación inicial, 6,5% de energías renovables para el conjunto de la UE, está muy lejos del objetivo propuesto. La previsión más optimista para el 2010 no rebasa el 9%, lo que quiere decir que no se alcanzara el objetivo del 12% que fue asumido para ese año con igual entusiasmo que ahora.

Parece que al constatar que no se puede alcanzar un objetivo propuesto para una fecha que se aproxima, se anuncia otro más ambicioso para una fecha más lejana. Puede ser una huida adelante que haga olvidar el incumplimiento de compromisos pasados o una forma de poner más alto el listón para compensar mañana lo que no se consiguió ayer.

Por otra parte, las diferencias entre países son enormes, desde el escaso 1,5% de Bélgica y el Reino Unido, al 40% de Letonia o el 30% de Suecia, pasando por una horquilla central del 5-6% en la que se sitúan Alemania, Francia, España, Italia y Polonia.

La propuesta de reducir el 20% las emisiones de CO2 seria razonable si la UE cumpliese en el 2012 el objetivo de reducirlas el 8%, siempre con relación a 1990, al que le obliga el protocolo de Kioto. Pero hasta el 2004 las emisiones de la UE a 15 sólo se han reducido un 0,6% y el esfuerzo para cumplir en el tiempo que queda es enorme.

Hay algunos signos positivos, como el hecho que España haya reducido por primera vez su consumo energético a pesar de su fuerte crecimiento económico, o el extraordinario desarrollo de la energía eólica. Pero hasta hace poco la Comisión consideraba que sólo Suecia y el Reino Unido cumplirán los objetivos de Kioto. Curiosamente, se trata de un país con el mayor porcentaje actual de energías renovables y otro con el menor de ellos.

El espectacular éxito del Reino Unido (-14%, contra los -12,5% previstos en el protocolo de Kioto) es debido al cambio de carbón a gas del mar del Norte, que es menor emisor de CO2; Alemania (-17%) aún no alcanza sus compromisos de Kioto (-21%), pero la reducción de sus emisiones se debe en gran medida al hundimiento de la muy contaminante industria de Alemania del Este; Francia (-0,8%) cumple el objetivo (muy modesto) de estabilización de las emisiones que le asignó Kioto.

España ha aumentado sus emisiones el 49% hasta el 2004. El actual Gobierno ha tomado medidas desde el principio de la legislatura, traducidas en precios más realistas de la electricidad o el código de la edificación, y está elaborando la Estrategia nacional del Cambio Climático, pero será difícil que en el 2012 nuestras emisiones no hayan crecido más del 15% al que nos comprometimos.

Tanto en cantidad de gas de efecto invernadero por euro de PIB como por habitante, la UE-15 quince no ha reducido sus emisiones mucho más que Estados Unidos y la divergencia entre los dos lados del Atlántico se explica por el mayor dinamismo económico y demográfico de los americanos..., aunque las emisiones per cápita de EEUU sean todavía más del doble de las de los europeos.

De manera global, el conjunto de los países desarrollados han reducido el 3,3% sus emisiones con relación a 1990, lejos del 5,2% previsto por el Protocolo de Kioto y debido fundamentalmente al hundimiento de las economías del bloque soviético. Rusia y Polonia emiten actualmente un 30% menos que en 1990; Rumania, -41%; Ucrania, -55%. Pero con la reciente recuperación económica en estos países las emisiones han empezado a aumentar, invirtiendo por primera vez la tendencia a la baja observada desde 1990.

Las emisiones de los países del Sur, a los que no se les aplicó ninguna restricción en Kioto, crecen por encima de toda previsión. Entre 1990 y el 2004, las ocasionadas por los combustibles fósiles, las únicas que se conocen con precisión, aumentaron en un 76%. En China la evolución es más espectacular: un 108% desde 1990, el 15% sólo en el 2004. Las emisiones chinas eran en 1990 dos veces menores que las emisiones norteamericanas, pero las sobrepasarán este año, como ya han sobrepasado las europeas...

A la vista de esta situación, los objetivos aprobados por el Consejo son a la vez modestos y difíciles de cumplir. El PE pidió elevar el nivel de ambición europea, pero tampoco fue muy explícito sobre la forma de conseguir lo que se propone.

Pero por algo se empieza…, si el Consejo no hubiese alcanzado ese acuerdo estaríamos ahora otra vez lamentándonos de la impotencia y la crisis de la UE. Pero convertir los compromisos en realidades y recuperar el tiempo perdido será tan difícil que ningún Gobierno lo hará sin una fuerte presión de la opinión pública.
Publicado en la Estrella Digital

22 febrero 2007

Los científicos dicen a los políticos: “estamos calentando el mundo entre todos”


Richard A. Kerr

La última vez que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) evaluó el estado del clima, a comienzos del 2001. El mundo se estaba calentando, dijeron, y la actividad humana fue probablemente conduciendo al calentamiento global. El comité especificó con una probabilidad mayor del 60 %, una confirmación de un anillo. Y cómo podrían ponerse de mal las cosas? Eso dependía basándose en una vigilancia de 20 años acerca de cómo la sensibilidad del sistema climático pudiera elevar los gases de invernadero. Dadas las incertidumbres el IPCC la recepción del informe del IPCC fue más bien discreta.

Con seis años de investigación posterior, el aumento de la confianza es obvia. El calentamiento resulta ya inequívoco. Los humanos son “muy probablemente” (más elevada que la verosimilitud del 90 %) quienes se hallan detrás de ese calentamiento. Y el sistema climático es muy improbablemente tan insensible como un simulador de calentamiento futuro poco consecuente.

Esta es la forma que se propuso trabajar, de acuerdo con el glaciacionista Richar Alley de la Un. de Pennsylvania, un autor importante del informe IPCC. “Los gobiernos del mundo dicen que los científicos, ahí van unos cuantos miles de millones de dólares y que todo vaya bien” Allen dice: “Ellos toman el dinero y 17 años después del primer informe del IPCC, van bien. Todavía es ciencia, verdad no revelada, se ha ido mejor y mejor. Pero, estamos poniendo CO2 en el aire, y esto cambia el clima.

Con tal afirmación, este IPCC puede realmente ir a cualquier lado, especialmente en la nuevamente receptiva Estados Unidos donde un pequeño grupo de científicos ha contestado fuertemente esos informes del IPCC. El coordinador jefe Gabriele Hegerl Univ. Dirham, ciertamente espera su informe “Quiero sociedades capaces de comprender que esto es un problema real y que afectará a la vida de mis hijos”.

Comenzando a trabajar

Creado por el World Meteorological Organization y la United Nations Environment Programme, el IPCC tenía el proceso para su cuarto informe de evaluación, cuarenta gobiernos nominados los 150 autores y 450 colaboradores. Autores de Climate Change: The Physical Science Basis. No hubo bloqueos el 75 % de los líderes nominados eran nuevos en ese papel, y un tercio de los autores consiguieron su graduación final en los últimos 10 años. Los autores revisaron sus capítulos por la totalidad de los asistentes, más de 600, se consideraron, además, 30.000 comentarios. Los autores respondieron a cada comentario, y los revisores certificaron cada respuesta. Con su borrador final los autores se reunieron en París, con 300 representantes de 113 naciones durante 4 días para compartir el trabajo, el vocabulario y preparar un resumen científico dirigido a los políticos.

El asunto del calentamiento fue quizás el aspecto más claro de todos. Para los que comenzaban, el aire está 0,74 ºC más caliente que en 1906, el calentamiento en el último siglo ha sido de 0,6 ºC según el último informe. “Once de los últimos doce años se hallan entre los 12 más calurosos en 150 años de registros. El calentamiento de las aguas oceánicas, la fusión de los glaciares, y la retirada en las cumbres nevadas refuerzan esta evidencia.

De modo que los autores del IPCC no quedaron impresionados por el argumento contrario de que el calentamiento es sólo “un efecto isla del calentamiento urbano”, conducción por el aumento del calor absorbido por el asfalto y el hormigón. Ese efecto es real, según dice el informe, pero tiene una influencia despreciable sobre el número global. Nuevos análisis basados en termómetros situados en la superficie de la Tierra miden más calentamiento que los sensores remotos de los satélites. Estudios de diferentes grupos han elevado el calentamiento determinado por los satélites reconciliando ampliamente la diferencia.

Este calentamiento fiable observado del globo no ha podido ser inducido sino por los humanos, eso es lo que nos indica el IPCC. Lo cierto es que los estudios de modelado han mostrado fuerzas naturales en el sistema climático, tal como la actividad volcánica y el brillo del sol han permitido el calentamiento en el pasado, como apuntan los escépticos. Y la natural elevación y descenso de las temperaturas han calentado el globo en ocasiones. Pero todas estas combinaciones de variaciones naturales no hubieran calentado el mundo lo suficientemente rápido, y durante tanto tiempo como para producir el calentamiento observado; nada es capaz de calentar el mundo como está concurriendo, salvo los gases de invernadero producidos en cantidades reales.

A partir de estudios a largo plazo, incluido la famosa curva hockey-stick del pasado milenio, el IPCC concluye que el calentamiento actual se aleja de lo ordinario. Varias líneas distintas de evidencia apuntan a una moderadamente fuerte sensibilidad climática. La erupción del Mount Pinatubo en 1991 espesó la estratosfera y enfrió el clima, proporcionando una galga de sensibilidad climática a corto plazo.

Los paleoclimatólogos han determinado como el sistema climático es capaz de conducir durante la ultima glaciación y como cambio el clima durante ese tiempo. Los modelos han convergido en unos rangos más estrechos de sensibilidad climática.

El IPCC concluye que ambos modelos y los cambios climáticos pasados apuntan a una adecuada sensibilidad del sistema climático. El calentamiento para un doble de CO2 “es muy improbable que sea menor que 1,5 ºC “ dice el informe, ni menos de 0,5 ºC favorecido por algunos contrarios. Una mejor estimación se halla en 3 ºC, con un rango probable entre 2-4,5 ºC.

¿Qué es lo siguiente?

Mirando hacia el futuro el informe proyecta un calentamiento de 0,4 ºC durante las próximas dos décadas. Que es casi tan rápido como el calentamiento durante los últimos 15 años, pero el 50 % más rápido que el calentamiento en los últimos 50 años. A finales de este siglo, el calentamiento global podría elevarse en cualquier lugar entre 1,7-4 ºC dependiendo de la cantidad de gases de invernadero emitidos. En algunas proyecciones del modelo el hielo del mar Ártico desaparecerá a finales de este siglo. Es muy probable que los calores extremos, olas de calor y fuertes precipitaciones sean cada vez más frecuentes. Sin embargo, las lluvias en los países de latitudes bajas disminuirán, haciéndose cada vez más secos.

En los asuntos más candentes el IPCC cae dentro del lado conservador. Ve evidencia de huracanes más intensos en el Atlántico Norte, algo que muchos investigadores contestan, pero pinta un paisaje oscuro en línea con los que plantean las reservas. Como en el llamado MOC (meridional overturning circulation) la cinta transportadora de las corrientes que entrega agua caliente al Atlántico Norte, no existe suficiente evidencia para decir si frenará el calentamiento global, de acuerdo con el IPCC, por el contrario, existe un informe que indica un 30 % de retardo (Science Nov 2006).

Pero el IPCC continua sobre el proyecto con una muy ligera reducción en el flujo MOC para finales de siglo, quizá del orden del 25 %. Contrariamente a la película de la catástrofe “The Day After Tomorrow” sin embargo, suponía un retardo del MOC no congelaría el Atlántico Norte. La región no estaría fría gracias al efecto invernadero y es muy improbable que el MOC caiga en este siglo según indica el informe.

El IPCC es completamente conservador, en la opinión de algunos portavoces científicos, cuando llegue la fatídica fusión de laminas de hielo en Groenlandia y la Antártida elevando probablemente el nivel del mar. Los hechos no lo desmienten. El océano se está calentando y por lo tanto expandiendo, manteniendo a los glaciares fundiéndose en el mar y Groenlandia fundiéndose en su costa. Esto no hace sino elevar el nivel del mar que subirá de 28-43 cm en este siglo, dependiendo de las emisiones que se realicen.

Se está también generalmente de acuerdo en que el IPCC deja un potencial importante, algunos glaciares drenan hielo de Groenlandia y el Oeste de la Antártida se ha acelerado en los últimos 5-10 años, doblando en algunos de ellos su velocidad. Pero esta aceleración de los glaciares no está incluida en el IPCC en la proyección a nivel de mar “ya que falta una base dentro de la literatura publicada” de acuerdo con el informe.

Esto no se ajusta bien con lo expresado por algunos investigadores como Stefan Rahmstorf, que ha publicado recientemente un artículo donde extrapolaba la subida a nivel de mar a un rango de 0,5 m hasta los casi desastrosos 1,4 m a finales de siglo. Días antes de la revisión del 2 de Febrero del informe IPCC, el y otros se declararon contrarios a las portavocías de los nuevos informes. Las secciones del IPCC sobre la elevación del nivel del mar no son evidentemente la historia completa ya que los bloques de hielo caen algo y es algo que no podemos modelizar bien en estos momentos, pero sabemos que sucederá”, Rahmdorf dijo a Associated Press “un documento como éste tiende a infraestimar el riesgo”. Y el día anterior de la revisión del IPCC, un segundo artículo apoyado por siete compañeros suyos fue publicado en Science El mar ha estado subiendo a la tasa más alta proyectada en los pasados informes IPCC, según indican los autores. El nivel de mar puede responder más rápidamente que los modelos de cambio climático”, escribieron.

Tales opiniones públicas han llegado a ser cada vez más comunes, el modelizador Michael McCracken del Climate Institute de Washington DC. Ahora que los contendientes han sido enfrentados con lo que dicen, los científicos se han vuelto cada vez más cautelosos con el IPCC.

Publicado en Science

21 febrero 2007

Energía y sostenibilidad

John P. Holdren*

El tema para la reunión de la AAAS (American Association for the Advancement of Science), que se ha celebrado en San Francisco los días 15-19 de Febrero de 2007 es “Ciencia y Tecnología para un bienestar sostenible”. El problema de la energía, el cual es el centro del número especial de Science está ligado a esta reunión constituyendo un elemento central de la malla de opiniones intercambiadas.
El bienestar presenta varias dimensiones: medioambiental, sociopolítica y cultural así como económica, y el objetivo del bienestar sostenible se encarga de la mejora de todas estas dimensiones, tanto en las formas como en los objetivos finales que son consistentes con mantener estas mejoras indefinidamente. Este desafío, incluye no sólo la mejora sostenible del estándar de vida de los países en desarrollo, sino también convertir en sostenibles prácticas que actualmente no lo son, manteniendo los niveles de vida de estos países desarrollados.
La capacidad de la civilización para cumplir este inmenso desafío depende claramente de nuestras fortalezas en ciencia e ingeniería. Pero también, depende de nuestras resistencias en ciencias sociales y tecnología social en la forma funcionar los negocios (empresas y trabajadores), gobierno y leyes así como en la voluntad de integrar todos estos elementos para conseguir el objetivo de un bienestar sostenible.
Ninguna parte de este desafío es más compleja ni más exigente que su dimensión energética. Esto es así debido, en parte, a que la energía está íntimamente relacionada con cuestiones de seguridad nacional e internacional y con muchos de los problemas medioambientales más peligrosos que van desde la calidad del aire interior hasta el cambio climático global, así como de la capacidad de cumplir las necesidades humanas e impulsar el crecimiento económico.
La multiplicidad e importancia de estas relaciones afectará a la energía incluso en un mundo donde la demanda fuera constante, pero este no es el mundo en que vivimos. Si continúa el crecimiento de la población y la rápida afluencia de esta a algunas zonas del globo terminará llevando a unas elevadas tasas de aumento en el uso de la energía que tendrá su repercusión en el cómputo total. Incluso si la eficiencia energética de la economía mundial, producto mundial bruto por unidad de energía, fuera a continuar aumentando a la tasa histórica a largo plazo de cerca de un 1 % anual, la realización de la población que ya está en el mundo y las proyecciones correspondientes cuadruplicaría la energía mundial durante este siglo.
En un mundo donde en la actualidad un tercio de la energía primaria procede del petróleo (dos tercios de la energía restante, además, están comprometidas en la región inestable de Oriente Próximo). El 80 % de la energía procede del: petróleo, carbón y gas natural (virtualmente todo el dióxido de carbono procedente de la combustión de estas fuentes va directamente a la atmósfera), la trayectoria energética de lo que ya se encuentra en marcha, no puede ser gestionada simplemente expandiendo lo que ya se está haciendo. Esta senda no es sostenible y a lo único que nos lleva es al desastre.
Los peligros de la dependencia del petróleo y el cambio climático, acoplados con una demanda de grandes aumentos en la disponibilidad per cápita de los servicios de energía, lleva a una transición temprana por una senda diferente. Estos requisitos incluyen una reducción en el crecimiento de la población global (alcanzable, afortunadamente, por medio que son deseables y a los que tienen derecho) y un énfasis fuerte en la mejora de la eficiencia tanto en la conversión de la energía como en su uso final (esta mejora puede suponer no un 1 % sino hasta un 2 % anual).
También se requerirá un aumento de la inversión, tanto pública como privada, para mejorar la tecnología en el suministro de energía. Necesitamos conocer el modo en que el dióxido de carbono proveniente de combustibles fósil puede ser fiablemente secuestrado de la atmósfera; así como que la energía nuclear pueda ser suficientemente segura en su funcionamiento y resistente a la proliferación nuclear, para que sea sustancialmente expandida en todo el mundo; y que una extensión de la producción del biocombustible puede ser aumentada sin experimentar un aumento que pueda resultar intolerable en la oferta alimenticia o en los servicios del ecosistema. Necesitaremos mejorar la disponibilidad de la luz solar para las necesidades energéticas de la sociedad.

*Director de la AAAS
Publicado en Science

15 febrero 2007

El clima cambiante sobre el cambio climático



Joseph E. Stiglitz

Parece ser que el mensaje finalmente prendió: el calentamiento global representa una amenaza seria para nuestro planeta. En el reciente Foro Económico Mundial de Davos, los líderes mundiales vieron cómo el cambio climático, por primera vez, encabezaba la lista de las preocupaciones globales.

Europa y Japón mostraron su compromiso para reducir el calentamiento global al imponerse costos a sí mismos y a sus productores, inclusive si esto los coloca en una posición de desventaja competitiva. El mayor obstáculo hasta ahora ha sido Estados Unidos. La administración Clinton había instado a una acción audaz allá por 1993, al proponer lo que en efecto era un impuesto a las emisiones de carbono. Pero una alianza de contaminadores, liderados por las industrias del carbón, del petróleo y del automóvil, repelieron esta iniciativa.

Para la comunidad científica, la evidencia del cambio climático, obviamente, ha sido abrumadora desde hace más de una década y media. Yo participé en la segunda evaluación de la evidencia científica realizada por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que tal vez cometió un error crítico: subestimar el ritmo con que se producía el calentamiento global. La Cuarta Evaluación, que acaba de darse a conocer, confirma la creciente evidencia y convicción de que el calentamiento global es el resultado del incremento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.

El ritmo incrementado del calentamiento refleja el impacto de factores no lineales complejos y una variedad de "puntos críticos" que pueden derivar en la aceleración del proceso. Por ejemplo, a medida que se derrite el casquete polar del Artico, se refleja menos luz solar. Los cambios aparentemente dramáticos en los patrones climáticos -entre ellos, el derretimiento de los glaciares en Groenlandia y el descongelamiento del permafrost siberiano- finalmente convencieron a la mayoría de los líderes empresariales de que llegó la hora de pasar a la acción.

Últimamente, hasta el presidente Bush parece haberse despertado. Pero una mirada más atenta a lo que está haciendo, y no está haciendo, muestra a las claras que básicamente escuchó la llamada de sus contribuyentes de campaña de las industrias del petróleo y el carbón, y que una vez más antepuso sus intereses al interés global de reducir las emisiones. Si realmente le preocupara el calentamiento global, ¿cómo es posible que haya respaldado la construcción de centrales térmicas de electricidad alimentadas con carbón, aún cuando dichas plantas usen tecnologías más eficientes que las empleadas en el pasado?

Lo que se requiere, antes que nada, son incentivos basados en el mercado para inducir a los norteamericanos a utilizar menos energía, produciendo más energía con métodos que emitan menos carbono. Pero Bush ni eliminó los subsidios masivos a la industria petrolera (aunque, afortunadamente, el Congreso demócrata puede tomar medidas) ni ofreció los incentivos adecuados para la conservación de energía. Inclusive su llamamiento a la independencia energética debería ser visto como lo que es: -una nueva lógica para los viejos subsidios corporativos.

Una política que implique drenar las limitadas existencias de petróleo de Estados Unidos -yo lo llamo "drenar a Estados Unidos primero"- hará que Estados Unidos sea aún más dependiente del petróleo extranjero. Estados Unidos impone un arancel de más de 50 centavos de dólar por galón sobre el etanol basado en la caña de azúcar de Brasil, pero subsidia marcadamente el ineficiente etanol norteamericano basado en el maíz -de hecho, hace falta más de un galón de combustible para fertilizar, cosechar, transportar, procesar y destilar el maíz para producir un galón de etanol.

En cuanto al mayor contaminador del mundo, que se adjudica aproximadamente la cuarta parte de las emisiones de carbono globales, la reticencia de Estados Unidos a tomar medidas tal vez sea entendible, si no perdonable. Pero las afirmaciones de Bush de que Estados Unidos no puede permitirse hacer nada respecto del calentamiento global suenan huecas: otros países industriales avanzados con niveles de vida comparables emiten sólo una fracción de lo que Estados Unidos emite por dólar del PIB.

En consecuencia, las compañías norteamericanas con acceso a energía económica reciben una gran ventaja competitiva respecto de empresas en Europa y otras partes. Algunos en Europa temen que una acción estricta sobre el calentamiento global pueda ser contraproducente: las industrias que consumen energía de manera intensiva simplemente pueden trasladarse a Estados Unidos u otros países que le prestan poca atención a las emisiones, y hay mucho de verdad en estos temores.

Un hecho sorprendente sobre el cambio climático es que hay una escasa superposición entre los países que son más vulnerables a sus efectos -principalmente los países pobres en el Sur que no pueden permitirse encarar las consecuencias- y los países, como Estados Unidos, que son los mayores contaminadores. Lo que está en juego es, en parte, una cuestión moral, un asunto de justicia social global.

El Protocolo de Kyoto representaba el intento de la comunidad internacional de empezar a abordar el tema del calentamiento global de una manera justa y eficiente. Pero dejó afuera a la mayoría de los generadores de emisiones y, a menos que se haga algo para incluir a Estados Unidos y a los países en desarrollo de una manera coherente, será poco más que un gesto simbólico. Es necesario que haya una nueva "coalición de la voluntad", esta vez quizá liderada por Europa, -y dirigida a un peligro real.

Esta "coalición de la voluntad" podría acordar sobre ciertas normas básicas: prescindir de centrales térmicas alimentadas con carbón, aumentar el ahorro de combustible de los automóviles y ofrecer una asistencia dirigida a los países en desarrollo para mejorar su ahorro de energía y reducir las emisiones. Los miembros de la coalición también podrían ponerse de acuerdo en cuanto a ofrecer mayores incentivos a sus propios productores, a través de topes más estrictos sobre las emisiones o mayores impuestos a la contaminación. Luego podrían acordar imponer impuestos a los productos de otros países -entre ellos Estados Unidos- que son producidos de manera que innecesariamente contribuyen sustancialmente al calentamiento global. Lo que está en juego no es proteger a los productores internos, sino proteger al planeta.

El clima cambiante sobre el cambio climático les ofrece a los líderes políticos de Europa y otros miembros potenciales de esta "coalición de la voluntad" una oportunidad sin precedentes de avanzar más allá de la simple retórica. Hoy es el momento de actuar.

05 febrero 2007

Cambio climático: problema y oportunidad global

José Borrell

Las evidentes alteraciones climáticas de este atípico invierno han catapultado la cuestión del cambio climático al primer plano de la actualidad.
Y la lucha contra el calentamiento atmosférico se impone como una realidad global que afecta a todos, incluido al señor Bush.
En efecto, el presidente que despreció olímpicamente el Protocolo de Kioto dedicó, hace algunas semanas una buena parte de su discurso a la Nación a la cuestión del medioambiente y las economías de energía. Un importante cambio de posición.
En Estados Unidos, se empieza a tomar conciencia de que su actual pauta de consumo de petróleo, que con el 5 % de la población mundial consumen el 45 % de la producción mundial de petróleo, no puede continuar. Y los medios empresariales empiezan a pensar que hay mucho dinero que ganar en la lucha contra el cambio climático y que Bush, por su testarudez, se ha convertido en un obstáculo.
Y es que el calentamiento global y la búsqueda de soluciones para descarbonificar la energía se ha convertido en un problema global y una cuestión de sociedad de la que se habla y discute en todos los foros, pero también en una oportunidad, ya que podría ser un instrumento de reactivación económica.
Así pues, 15 años después de la Conferencia de Río, se ha producido un gran cambio en las actitudes frente a un riesgo que se confirma y del que ya no se habla sólo en términos de costes, sino también de oportunidades.
Este cambio es de una enorme importancia. La batalla de las ideas parece ganada y ahora debe ser más fácil actuar en consecuencia. Sobre todo para preparar el después de Kioto a partir de 2012, introduciendo medidas más coercitivas y un mayor grado de coordinación internacional.
En realidad, las medidas previstas por el Protocolo de Kioto no habrán conseguido, en el 2012, sino disminuir ligeramente las emisiones de los países desarrollados firmantes y apenas inflexionar las de los países emergentes. Es necesario pasar a una velocidad superior y, sobre todo, incorporar a Estados Unidos, el mayor emisor de gases de efecto invernadero así como a los países emergentes India y China.
Los esfuerzos de Europa son muy importantes pero hay que ponerlos en la perspectiva de su dimensión relativa. El norteamericano medio genera 20 Tm de carbono equivalente al año; el europeo 10; el chino 4; y el hindú 2. Es evidente que no se les puede exigir las mismas responsabilidades a unos y otros ni someterles a las mismas restricciones.
Pero el rápido desarrollo de los países emergentes debe ser tenido en cuenta en el balance global. Al ritmo actual, China será dentro de diez años la mayor generadora de gases de efecto invernadero.
Ahora bien, estas expectativas de evolución no eximen a los países desarrollados de hacer el mayor esfuerzo, todo lo contrario.
Pero lo importante es tomar clara conciencia de que sin una ruptura tecnológica mayor en las formas de producir y consumir energía no será posible a la vez mantener el nivel de vida de los países desarrollados, impulsar el desarrollo de los emergentes y, al mismo tiempo, evitar el calentamiento atmosférico y sus consecuencias.
La semana pasada el Grupo Internacional de Expertos sobre el Clima, publicó su cuarto informe que confirma el papel de la actividad humana en el aumento de las temperaturas y la previsión de que continuarán aumentando sensiblemente. Las cifras que se avanzan no son muy diferentes de las anunciadas antes, pero son mucho más creíbles que nunca.
El calentamiento global del planeta y sus efectos de cambio climático son un problema que nos afecta a todos, cualquiera que sea la responsabilidad de unos y otros en su origen.
Estamos antes una tarea colosal pero llena de oportunidades. Las economías y sociedades del siglo XXI se construirán sobre la descarbonificación de la energía, el abandono de los hidrocarburos, las técnicas de secuestro del CO2, la mejora de la eficiencia y eficacia energética y el desarrollo de todas las formas de energía renovables.
La energía nuclear, como el gas, puede desempeñar un papel en la transición que tendrá que ser debidamente analizado, pero no puede ser la solución a escala planetaria.
La elección no es entre crecimiento y medio ambiente, entre crecimiento y cambio climático, porque los procesos de innovación tecnológica y de conciencia social nos pueden permitir hacer de la defensa del medio ambiente un poderoso impulso al crecimiento económico que necesita una gran parte de la Humanidad para salir de su pobreza.

Publicado en El Siglo 2007